Clausuraron un CEAMSE y la Ciudad se llenó de basura
Aseguran que el distrito porteño manda más del triple de residuos de lo permitido.
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Desde ayer por la mañana algo huele mal en el Oeste. Es que la planta de rellenos sanitarios perteneciente a la Ceamse ubicada en San Miguel fue clausurada por la propia comuna debido a un desmán de Ciudad: aseguran que desde Capital ya enviaron en más de una ocasión una sobrecarga de su capacidad permitida y pasaron de 5.000 toneladas a 17.000 por mes.
El municipio explicó que si bien la jurisdicción de la Ceamse es compartida entre la Nación, la ciudad y la provincia de Buenos Aires, debe haber autorización de la Comuna para ampliar la capacidad de deposición del predio.
Este descalabro, que también provocó una ampliación del predio no autorizada oficialmente por la municipalidad, estaría generando la extrema “contaminación de las capas freáticas y la existencia de residuos en estado crudo, que si bien ya existían, ahora se han incrementado”, según afirman los vecinos.
Con la planta de Campo de Mayo totalmente inhabilitada e inoperante, el jefe comunal, Joaquín de la Torre, exige que para levantar la medida se retire definitivamente el predio del lugar o que, en caso de no cumplirse esta instancia, se indemnice al distrito durante todo el período que este continúe funcionando, según publica lanacion.com. Entonces, para seguir depositando basura allí, proponen que se le reconozca lo que el municipio destina a la recolección: unos 36 millones de pesos.
La pelota se la pasó a Macri que ahora juega un papel determinante: continuar con el servicio de recolección o inundar a toda la Ciudad con montañas de podredumbre. En los pasillos de San Miguel, el rumor no tardó en correr y las primeras líneas dicen que podrían requerirle al Jefe de Gobierno porteño que cada camión que descargue en la planta de Ceamse, abone un suculento monto hasta ahora inexistente.
En la mañana del viernes, las calles de la Ciudad amanecieron con las bolsas de basura que había depositado los vecinos la noche anterior, a pesar de la recomendación del gobierno porteño de que no lo hicieran.
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Un riesgo para todo el Conurbano
El fantasma de los malos olores, las enfermedades y la contaminación de la Ceamse, pisa fuerte desde hace varios años en la provincia. La reciente clausura de la planta de San Miguel alertó a todas las agrupaciones vecinales que están diseminadas a lo largo del GBA y que luchan por su cierre.
“No vamos a permitir que traigan los residuos para acá”, dijo a 24CON la representante de Vecinos Autoconvocados contra la Ceamse de González Catán, Celia Frutos. Porque, según confirmó, ya sospechan de un posible desvío de la basura generada en Ciudad hacia el conflictivo relleno de La Matanza.
Aunque la ordenanza 13.394, promulgada en noviembre de 2004 establece que “está prohibido el ingreso de residuos de otros distritos”, los habitantes del distrito matancero están de pie “por si un intento de que esto suceda se lleva a cabo”, afirmaron a este medio.
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