Luis Ventura

“Hace rato estoy de vuelta”

El periodista asumió como director técnico de El Porvenir. Analiza su debut al mando del club de la C, habla sobre la designación de Maradona y sobre su filosofía de vida: “A esta altura de mi vida la quiero pasar bien”.

4-4-3. No es una característica telefónica del conurbano. Tampoco es una medición de rating. Es el sistema de juego que Luis Ventura pretende imponer en El Porvenir. “Con el tercer delantero retrasado para generar juego”, aclara. Momento y a rebobinar. ¿Cómo? ¿Luis Ventura? ¿El Porvenir? Habrá que empezar por el principio, entonces.

El periodista de espectáculos asumió como director técnico del equipo de Gerli, que milita en la Primera C. “Soy director deportivo, según la planilla que presentamos, pero en realidad soy un sumador de ideas”, define el hombre, que hizo su debut el pasado fin de semana y rompió –a su pesar– con una frase emblema del anecdotario futbolero, ésa que reza que técnico que debuta gana. No fue su caso, ya que su equipo cayó 2 a 0 frente a Villa Dálmine, en Campana.

Llegó al Porve porque sus hijos, Facundo y Nahuel, forman parte de la entidad del sur del conurbano. Uno pertenece al plantel de Primera y el otro entrena con la quinta división. Pero las cosas no funcionaban bien en lo institucional. “No había micro para viajar de visitante, o algunos padres ponían plata para comprar banana para que a los chicos no les falte potasio”, explica. Ventura pidió una entrevista con el presidente, Enrique Merelas, para exponer esta situación. Como respuesta le ofrecieron hacerse cargo del primer equipo.

“A mí me gusta formar banditas. En el barrio, en ‘Intrusos’, en la revista, ahora en el club; bandas, es una característica que tengo y que me acompaña”. Se sabe, la banda es la que no abandona, la que aguanta con o sin razón, la que antepone el sentimiento de pertenencia. Tener una banda es tener lealtad y códigos, dos cualidades de las que Ventura suele jactarse. “A veces no me sale y me voy. A esta altura de la vida no me hago problemas. Quiero disfrutar la vida”.

–¿Está de vuelta?
–Hace rato. Hoy me dedico a disfrutar de la vida. Por ejemplo, con la obra de teatro. Cuando me convocaron lo primero que hice fue hablarlo con Moria. Quiero disfrutar el verano, si hay plata mejor. Lo que no hubiera hecho es ir a pasarla mal por plata.

Vida de fútbol. Recién llegado de la práctica matutina, Ventura remonta su historia personal, repleta de parentescos futbolísticos. Bucea en su pasado y halla a un tío que salió campeón en le época del amateurismo, otro que jugó en el Santos de Brasil y otro que es casi un prócer en el equipo Miramar de Montevideo. Sigue con el repaso y la historia desemboca en el club Lanús, equipo del cual es hincha fanático. “Era un jugador con marca y talento”, reconoce, y asegura que no llegó porque le trajeron al Gallego Suárez, ídolo de la parcialidad granate. “En ese momento los dirigentes no valoraron a un pibe con condiciones y talento”, dice. Le ofrecieron irse a Temperley, pero Lanús lo cotizó en 50 mil pesos, una millonada para la época. “Después, ya sin ganas, jugué un año entero en Victoriano Arenas, en la C, así que la categoría la conozco desde adentro”.

El mundo del ascenso es muy distinto al paraíso mediatizado que se ve en Primera. No hay Boca ni River ni mucho menos, y muchas veces el DT hace las veces de padre, consejero y amigo. Las monedas a veces no alcanzan para viajar. “Intento ser muy claro con el plantel, y traslado el fútbol a la vida y la vida al fútbol”, asevera, y da un ejemplo: “Yo no como sushi. A mi dame milanesas con papas fritas o bife. Una vez fui a comer y me trajeron sushi; para no ser menos acepté. Empecé a comer algo verde que no sabía qué era, hasta que me dijeron que eso no se comía, que era una decoración de yeso”. La metáfora barrial bien sirve para un planteo futbolístico. “¿Se entiende? A los jugadores no los quiero volver locos. El fútbol es simple”.

Maradona colega. Épocas de asunciones y de toma de mandos, Ventura es al Porvenir lo que Maradona a la Selección. “Descartados Bianchi y Russo, Maradona es el indicado. Como dijo la Brujita Verón, no sé si es justo, pero es merecido”.

Es que el periodista y el ex futbolista, además de sendos cargos como técnicos, comparten una historia donde no faltaron las agresiones solapadas y no tanto y las finas ironías, convertidas a veces en francos ataques. “Los dos tenemos nuestras cosas. Yo tampoco soy un tipo fácil”, reconoce.

“Hay que rodearlo bien –analiza–. No tanto por el tema de droga, que es algo que parece controlado, si no por su personalidad”, aconseja, y le pide al Diez que demuestre todo lo que sabe sobre fútbol. Si bien no se desvela por esta selección, le gusta y aclara que la designación de su ahora colega es correcta. “En el fondo no creo que Maradona sea un mal tipo –dice–. Si algún día se da me sentaría a hablar con él, porque seguramente tiene cosas para decirme también”.

El fútbol es ingrato. El dicho popular dice que para los arqueros, aunque los DT caen en la volteada y son los primeros insultados por plateas quejumbrosas y populares desmedidas. “Ya recibí las primeras puteadas. Cuando me canse me voy, pero por la puerta. Nunca salgo por la ventana”.
Periodista Revista 7 Días
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