China ejecutó a un británico acusado de narcotráfico

Inmediatamente después de la ejecución, el primer ministro británico, Gordon Brown, dijo que estaba consternado y decepcionado por el rechazo a sus persistentes llamados para evitar ese desenlace.

Akmal Shaikh, de 53 años, había sido arrestado hace dos años con cuatro kilos de heroína en su equipaje. Sus familiares han repetido que sufría de trastornos mentales y que no tenía idea de que llevaba ese cargamento.

Brown dijo que estaba particularmente preocupado por el hecho de que el condenado nunca fue sometido a un análisis de sus capacidades mentales.

Se estima que Shaikh es el primer ciudadano europeo ejecutado en China en más de 50 años.

El corresponsal de la BBC en Pekín, Chris Hogg, comentó que, aunque se desconoce lo que ocurrió en las últimas horas de Shaikh, se cree que recibió una inyección letal en la prisión de Urumqui, donde permanecía detenido.

Hogg agregó que los restos habrían sido entregados a un imán para su entierro inmediato. La repatriación del cuerpo ya había sido descartada.

El caso de Shaikh ha dirigido nuevamente la atención internacional a la aplicación de la pena de muerte en China.

clic Lea: China y la sombra de la pena capital

Pero para las autoridades de ese país, el delito de contrabando de droga es grave.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que el caso había sido manejado por las autoridades judiciales de conformidad con la ley y que sus derechos habían sido "respetados y garantizados, incluidos los derechos de defensa".

Además, el régimen judicial chino no prevé procedimientos de clemencia para los condenados después de haber agotado las instancias de apelación.
¿Quiere recibir notificaciones?
Suscribite a nuestras notificaciones y recibí las noticias al instante