Copa Libertadores

Ganó, pero no fue Boca

El Xeneize no jugó como acostumbra, pero le alcanzó para vencer a un duro Deportivo Cuenca.

Por Redacción 24CON
Boca hizo fácil un trámite: le ganó, caminando, a Cuenca 1 a 0 con gol de Rodrigo Palacio. No tuvo, ni siquiera, que llegar varias veces más el Xeneize.

Carlos Ischia puso a tres delanteros de entrada (Mouche, Palacio y Viatri), pero eso no se tradujo en una avalancha de ataques, apenas el dominio del balón y del campo. Con Riquelme tan apagado e impreciso como pocas veces, Boca le hizo un gol al Deportivo Cuenca de Ecuador y, con eso, se conformó.

El visitante, tan timorato como improductivo, tuvo casi sin quererlo un par de chances clarísimas para llevarse un histórico punto, pero no las aprovechó. Así, el equipo de la Ribera llevó a 15 el número de partidos en los que nunca perdió con equipos ecuatorianos. Y ocho de ellos fueron victoria.

Lo que viene. La próxima cita de Boca en la Copa será el 4 de marzo, cuando visite al Táchira de Venezuela. La preocupación que quedó anoche fue la salida de Claudio Morel Rodríguez, afectado por una lesión, aunque recién hoy se conocerá la gravedad de la dolencia del paraguayo.

Boca jugó todo el partido a media máquina, sabiendo que los ecuatorianos no tenían demasiado como para inquietarlo. Esa postura se acrecentó con el gol de Palacio, que capturó un rebote en el área y la clavó en el arco cuando el local no había pateado ni una sola vez hacia los tres palos.

La más clara, en cambio, la tuvo Chila, que cabeceó solo en el área pero la mandó afuera después de la duda en salir del arquero boquense.
Y en el segundo tiempo otra vez los ecuatorinos generaron una chance clarísima, pero perdieron el mano a mano con Abbondanzieri.
El ingreso de Palermo sacudió un poco la modorra de la noche. El goleador suma minutos de a poco y en la primera pelota que tocó convirtió un gol de cabeza, aunque el árbitro no la convalidó pese que no había posición adelantada.

Otra vez la nada. Después, el partido nuevamente entró en la monotonía y sólo hubo que esperar que pasen los minutos. A la casi desidia de Riquelme se opuso la entrega del colombiano Vargas, que jugó desde el primer minuto hasta el último con la entrega de una final.
Boca necesitaba un triunfo para recomponer la confianza tras el cachetazo del domingo ante Newell’s. Y ese objetivo se logró, aunque es consciente de que deberá mejorar bastante para mantener en pie la ilusión de su máxima aspiración: reconquistar el cetro del mejor de América.
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