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Sudáfrica está de la gorra: ¿Qué son los "makarapas"?

Son típicos en cada partido de fútbol que se juega en Sudáfrica, y aumentarán la producción para el Mundial. Una costumbre que mezcla el trabajo artesanal y la pasión por el fútbol.

En las afueras de Johannesburgo se encuentra el barrio de Newtown, centro de un programa de regeneración urbana que lleva seis años funcionando. En la parte trasera de uno de esos edificios, The Mills, funciona el paraíso de los makarapas, los cascos de minero modificados y decorados, que adorna las cabezas de los aficionados al fútbol sudafricano.

 

Allí se pintan, decoran, modelas y secan los cascos, y las paredes del local están repletas de las insignias de los equipos más populares del país, el Orlando Pirates y el Kaizer Chiefs, a los que ahora se le sumaron las de los 32 seleccionados que competirán en la Copa Mundial de este año.

 

 

Paul Wygers, uno de los arquitectos que trabajó en el emblemático edificio de Sudáfrica, el Tribunal Constitucional de Johannesburgo, puso en marcha su empresa de makarapas, Newtown Projects, en octubre de 2008. "Estaba en la oficina y me fijé en un makarapa que habíamos creado antes de comprar este edificio. Hablé con dos colegas míos de Durban y decidimos hacer esto que ven ahora por el Mundial", asegura.

Newtown Projects se basa en la idea de alcanzar una gran producción de makarapas, pero sin perder por el camino la identidad del producto: esas imágenes pintadas a mano que lo caracterizan por encima de todo. “Después de estudiar cómo se fabrica un makarapa, nos dimos cuenta de que los pasos más caros del proceso son el corte y la decoración. Si puedes abaratar el corte, que es la parte que requiere más horas de mano de obra de todo el proceso, puedes cuadrar las cuentas”.

Wygers y sus socios se hicieron con un brazo robótico para ese menester. El aparato, que se encuentra en la sede de Newtown Projects, es parecido al que se utiliza en la industria de fabricación de automóviles. La máquina es capaz de cortar los patrones más complicados en unos tres minutos y los más rápidos en menos de un minuto. Por lo tanto, el robot puede producir cientos de makarapas al día. El operador de la máquina programa en el sistema el patrón deseado para los diferentes makarapas, y de esta manera produce la gran variedad de diseños que ofrece la empresa.

La base que sostiene Newtown Projects son los pintores que, con su talento y amor por el detalle, transforman los makarapas en objetos exclusivos. Thomas “TJ” Jabulani trabaja en Newtown Projects desde abril del año pasado y ya se ha convertido en uno de los pintores de primera capa más expertos del equipo.

 

“Antes trabajaba en el aeropuerto. Pintaba a pistola automóviles y todo tipo de vehículos completos, además de logotipos y los retoques que necesitaran. Me gusta trabajar aquí, me gusta el trabajo y me gusta la gente, y ahora tengo mi makarapa de los Pirates”.

 

 

 

 

Fuente: FIFA

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