Curutchet tiene un "Ceamse" de ratas y basura en el centro de Marcos Paz

Dime de que te jactas, y te diré de qué adoleces. El antiguo proverbio castellano le cabe a la perfección al intendente "vitalicio" (gobierna ese distrito desde hace 18 años y transita por su quinto período consecutivo) de Marcos Paz, Ricardo Curutchet. El mismo que panquequeó desde las filas de la UCR para pasar a engrosar la transversalidad kirchnerista en 2003, suele presentar al municipio como un oásis de tranquilidad y vida slow, en medio del caótico Conurbano oeste, en especial si se lo compara con el de sus vecinos Merlo y Moreno, que exhiben tasas de pobreza e indigencia hiper tercermundistas.

Por Marcos Olivera

"Somos pocos para ser una ciudad y muchos para ser un pueblo", y "acá -en invierno- a las seis de la tarde suena la sirena de los bomberos, y se termina la actividad. Todo el mundo se vuelve a sus casas para continuar la vida después del trabajo", son las dos frases que más y mejor repite cada vez se cruza con un micrófono o cámara de algún medio al que no controla con la pauta publicitaria local.

Su relato sobre el estilo de vida "marcospacense" es tan idílico como el perfil boy scout que Curutchet elige cultivar. Suele decir que "cada vez que puedo, nos vamos con la familia a la orilla de algún lago (soy capaz de manejar hasta 8 mil kilómetros) y acampar con todas las de la ley; cocinar guisos, tomar mucho mate en el fogón, pescar y dormir en carpas levantadas por nosotros".

Y aunque no se pone en dudas su espíritu scout, la administración Curutchet tiene tantos claroscuros como los de su vecino Gustavo "Mochila" Menéndez (el apodo le viene por la causa judicial por estafa al Casino de Mar del Plata que fatiga los tribunales desde 2006, con una condena ya efectiva). Mala administración de los recursos asignados en el presupuesto 2020 (se subejecutaron 72 millones de pesos), el bizarro pago de 562 mil pesos para la puesta en valor de la llamada "Cripta del tiempo" y la "construcción de fundas y monolitos en la Plaza San Martín", el festival de viáticos que sirve para disimular el pago de sobresueldos (se llegó al límite de presentar tickets de gastos por "reuniones presenciales", que estuvieron prohibidas por la pandemia) a buena parte de la primera y segunda linea del "engordado" staff de funcionarios municipales, o el la ola de violencia machista e inseguridad en las calles del distrito, que lo llevan a ser noticia casi semanal de los medios nacionales.

Pero no hay que esforzarse demasiado para que la narrativa del intendente Curutchet se dé de cabeza contra la realidad. 

A sólo tres cuadras del casco céntrico de Marcos Paz (sobre la calle Sarmiento) hay un verdadero Ceamse a cielo abierto y sin tratamiento. Una plaga descontrolada de de ratas, montañas de basura y animales enterrados en un baldío, son el paisaje cotidiano desde hace más de 10 años. ¿Es posible que el intendente Curutchet desconozca la existencia de este foco de contaminación en pleno centro de su "oasis?

Imposible. Vecinos de la cuadra y de las calles adyacentes, alertaron - casi al mismo tiempo- a los dueños del terreno en cuestión y a las autoridades municipales por el abandono. No una sino decenas de denuncias se acumularon en las oficinas municipales. Todas ellas sin respuesta alguna. Incluso, cuando en el 2020 una plaga de ratas invadió las casas del vecindario.

Pero como un efecto cascada, el baldío en cuestión derivó en un refugio de "homeless" y posteriormente en una guarida improvisada de delincuentes y "rateros", que suelen aprovechar la precariedad del baldío para atacar a los transeúntes, quienes se encuentran en total estado de vulnerabilidad ante la falta de una vereda e iluminación.

"El terreno baldío, y casi un cuarto de la manzana, pertenecía a dos maestras mayores de edad que fallecieron hace ya muchos años. Las señoras no tenían hijos, por lo que sus familiares, de apellido Barriola, heredaron esas tierras", cuenta una vecina que prefirió no revelar su nombre por temor a represalias.

Al día de hoy el baldío presenta una gran dificultad, no solo para sus vecinos, sino para el resto de los habitantes que circulan diariamente por allí: "no hay vereda ni iluminación. Tampoco un paredón o alambrado. Cada vez que llueve la gente debe circular por la calle. Ya han asaltado a varias personas en ese lugar", dice otro vecino de Marcos Paz.

Fuentes policiales informaron que el pasado 28 de mayo, oficiales de la Policía Científica se hicieron presentes en el terreno baldío y constataron la presencia de animales enterrados. Además, manifestaron que el alto nivel de contaminación.

"Hemos realizado los respectivos reclamos y agotamos todas las instancias. Primero hablamos con los dueños, que nos trataron con desprecio y nunca se ocuparon. Luego iniciamos un reclamo al sector de Obras del Municipio, por la falta de vereda, iluminación y contaminación. Se cansaron de prometernos cosas que nunca cumplieron", informó un vecino quien agregó que en época de clases presenciales, muchos alumnos circulan todos los días por allí de camino a la escuela.

Los actuales dueños del baldío son los mismos que estuvieron a cargo de la fábrica láctea "Master Cheese", registrada bajo el nombre MILITA S.A. En ése entonces más de 100 empleados producían quesos, muzzarella y ricota en Marcos Paz. También estuvieron vinculados a la fábrica marplatense: "El Amanecer", donde producían yogures, dulce de leche y derivados de la leche.

La planta industrial ubicada en Marcos Paz, fue tomada por los trabajadores y convertida en una cooperativa en el año 2012. Esto fue debido a las deudas que los dueños mantenían con sus empleados, proveedores y los cheques sin fondo entregados a los vecinos de Marcos Paz.

"No podemos vivir más así. No es gente de bajo poder adquisitivo, pueden ocuparse del tema. No lo están haciendo porque no les importa. Luego de estafar a medio Marcos Paz con la fábrica de muzzarella y se borraron. Ahora regresaron a Marcos Paz, pero el terreno baldío está peor porque nunca. El Municipio no hace nada, ni siquiera hizo la vereda que prometió, y la policía no puede hacer mucho más que tratar de prevenir delitos mayores", concluyó una de las vecinas que más activamente denunció el caso.

Mientras tanto, Curutchet hace malabarismos políticos para seguir sobreviviendo a un nuevo período de gobierno que le permita superar los 20 años en el sillón municipal.

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