Imputaron a dos jugadores de Vélez por un ataque sexual en una fiesta

La víctima ratificó su denuncia ante la fiscal de Género de San Isidro y complicó a dos de los cuatro futbolistas involucrados.

A fines del 2020, una joven de 28 años denunció que durante la madrugada del viernes 4 de diciembre fue abusada sexualmente en una fiesta realizada en una casa del country Camino Real, en el partido bonaerense de San Isidro, alquilada por el delantero del Fortín, Juan Martín Lucero.

A pesar de las prohibiciones lógicas por la pandemia, la fiesta contó con la participación de al menos cuatro integrantes del plantel de Liniers. Los futbolistas que fueron involucrados por la víctima son Ricardo Centurión, Thiago Almada, Miguel Brizuela y el propio Lucero.

"Los jugadores están denunciados y dos de ellos fueron imputados hoy por la fiscal. Centurión es el que menos involucrado está en la causa. Lucero está acusado de robo, mientras que Almada y Brizuela fueron imputados y son los más complicados", confirmó una fuente cercana a la investigación al portal BigBang.

La fiscal que está investigando el caso es Laura Zyseskind, quien hasta el día de hoy solo había imputado a Juan José Acuña Delbene, un hombre que dos meses del hecho todavía sigue prófugo de la justicia. Es un rostro medianamente conocido en el ambiente del fútbol, particularmente en el Ascenso. Tiene 42 años y una larga experiencia como director técnico. De hecho, entre marzo de 2008 y noviembre de 2015 trabajó en el club Defensa y Justicia.

La causa está bajo un estricto secreto de sumario para que ninguno de los protagonistas o sus abogados hablen en los medios. Aún así, trascendió que el miércoles 3 de febrero amplió su testimonial Lucero, acusado por la víctima, identificada como M. (cuyo nombre no damos a conocer a pedido de su abogada) y su amiga, Verónica, de haberles robado sus carteras con todas sus pertenencias, entre las cuales se destaca sus teléfonos celulares y más de 5 mil pesos.

Mientras tanto, el viernes 5 de febrero la víctima se presentó ante la fiscal Zyseskind y ratificó su denuncia, por lo que se decidió la imputación de Almada y Brizuela por presunto abuso sexual. "Centurión no prestó ayuda y Lucero podría llegar a ser imputado por robo. Lucero jamás llamó al 911 y Thiago (Almada) tuvo una relación sexual consentida al principio y después no", remarcaron fuentes del caso.

El viernes, la víctima contó ante su abogada y los tres abogados defensores de Acuña Delbene que al evento organizado por los futbolistas de Vélez fue invitada por una amiga en común, identificada como Noelia A., con la que -aclaró- "no tuvo más contacto" después de lo ocurrido. Durante la fiesta mantuvo con sus amigas una charla con Centurión, quien les contó que habían vuelto de Colombia ese mismo jueves 3 de diciembre.

Además, les había dicho que al día siguiente debían viajar a Paraná para jugar contra Patronato. "Dijo que estaba re en pedo, que estaban desde las 12 escabiando y comieron un falso asado. Que estaba re loco, drogado y que tenía flores para fuma por si queríamos", denunció la víctima. Según conto M. durante la velada se topó con Thiago Almada -figura de Vélez-, con quien se dirigió al primer piso de la casa.

Allí -relató- habían tres habitaciones y un baño. "Entramos a una habitación, en la que había una balanza, un ropero con un espejo, una cómoda y una cama de dos plazas. Empezamos a besarnos y mantuvimos una relación sexual. En un momento siento que abren la puerta e ingresan dos personas más: Brizuela y una morocha grandota de pelo negro y escucho a Thiago hablar con ellos", ratificó la víctima.

Y continuó: "Me sentía mareada, mal y eso no me gustó. Le dije a Thiago 'basta' e intenté irme. Pero en ese momento, siento una mano y otra mano en mis zonas íntimas. Me comencé a sentirme mal, muy mal, y nuevamente dije 'basta,basta; no quiero más', dije que no me sentía bien".

La joven de 28 años recordó que les aclaró a los presentes en la habitación (Thiago Almada, Miguel Brizuela y una mujer de pelo negro largo, de 1.75 de estatura) que se "sentía mal". Sin embargo, remarcó que los futbolistas "continuaron" con el abuso. "Yo recuerdo que no podía salirme. En un momento abren la puerta y escucho la voz de Vero, dice algo así como si estaba bien. No recuerdo haberle respondido porque en ese momento Brizuela me tenía agarrada de los pelos, obligándome a hacerle sexo oral, mientras la morocha tenía sus dedos en mi vagina y Thiago quiso penetrarme por el ano", ratificó.

A pesar de sus ruegos, los futbolistas no cesaron. "A Thiago le dije ´Basta, me siento mal´. Pero él continuó la relación sexual, no puedo afirmar ni descartar haber sido penetrada (por el futbolista de Vélez). Siento que vuelven abrir la puerta, había más personas en la habitación, sentía manos que me penetraban y me manoseaban, personas que entraban y más tarde salían de la habitación", recordó.

Luego apareció Verónica, su amiga, quien la encontró desvanecida sobre la cama. "Me cogieron todos. Vero me cuenta que cuando abrió la puerta yo estaba desmayada con una jarra de plástico en la mano y un pelado robusto (por Juan José Acuña Delbene) estaba saliendo de encima mío, subiéndose los pantalones y riéndose", explicó.

La amiga de la víctima, de 36 años, reveló que hubo varios encuentros sexuales durante el festejo en la casa de Lucero, la cual arrancó a las 18 del jueves anterior al abuso sexual. Además, comentó que los jugadores de Vélez se opusieron a que llamara a la policía y que le robaron sus pertenencias. "Ninguno nos brindó ayuda y nos dimos cuenta en ese momento que nos habían robado la cartera con nuestras pertenencias", dice la denuncia de la víctima.

Al ratificar su testimonio, la fiscal Zyseskind decidió imputar a Almada y a Brizuela en la causa por abuso sexual, pero por ahora seguirán en libertad. Según las fuentes, existe material suficiente para probar que Acuña Delbene cometió el delito de violación, no así de los jugadores. "La defensa está tratando de tirarle el muerto y cambiar a Thiago por Brizuela. Lo están vendiendo como el único jugador en la habitación", le advierte la fuente a este sitio.

Y agrega: "Quieren ponerlo como único responsable del abuso sexual. Están armando una defensa en la que sostienen que la chica estuvo con Brizuela y no con Thiago Almada. La víctima declaró el viernes, ratificó todo lo que denunció y anda muy mal. Medicada, está con tratamiento, le afectó hasta cognitivamente. Esto (por el hecho de abuso) no es nuevo en el ambiente futbolero. Se repite siempre en cada reunión deportiva".

En los próximos días, los dos futbolistas imputados se presentarán con sus abogados (Mariano Cúneo Libarona representa a Almada) ante la fiscal para dar su versión y testimonio sobre los hechos.

Por otra parte, Damián Abramowski, abogado de Acuña Delbene, apuntó contra la amiga de la víctima, que durante una entrevista con Infobae denunció a la fiscal por "falsificación de instrumento público" y la acusó de haber cambiado su declaración sobre lo ocurrido en la casa de Lucero. La testigo dijo que "el relato es el mismo. Yo a la fiscal le conté todo, pero ella escribió lo que quiso".

Al ser consultada por ese medio por qué firmó la declaración, la joven testigo respondió: "Sí, firmé sin leer. Ella me dijo firmá acá y yo firmé. Mirá si iba a pensar que estaba omitiendo todo lo que yo le había contado". Por este motivo, Abramowski explicó que pidió se investigue el falso testimonio y se aclare en base a que relato se pidió la captura nacional e internacional de Acuña Delbene.

Según consta en la denuncia que presentó la defensa y que ya tiene la fiscal de Género de San Isidro, Laura Zyseskind, las declaraciones de la testigo "son al menos tres". El texto repasa la primera de ellas, incorporada mediante el acta de procedimiento policial, en la involucra a varios jugadores en el abuso a su amiga; la segunda prestada en sede de la Comisaría de la Mujer y en presencia de la fiscal.

Allí habla de un sujeto de contextura robusta, gordo, pelado, a quien vio que estaba abusando de su amiga M. (por la que se identificó a Acuña Delbene); y una tercera ampliación, junto a su abogada, en la cual relató una serie de circunstancias de tiempo, lugar y modo, que son disimiles a las anteriores. Lo cierto es que para el abogado la denunciante y la testigo, "efectivamente han faltado a la verdad".


 

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