Mega operativo, tecnología y miedo al cruce de barras

El Monumental recibirá a 70.000 personas, sin visitantes. Habrá 1.500 agentes para evitar que se repita lo que ocurrió en noviembre y una eventual pelea entre los barras del local.

El bochorno del 24 de noviembre, que derivó en un increíble desarraigo a Madrid y le costó la cabeza al ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, es una situación que no se puede repetir.

Por eso este martes a las 21.30, cuando River y Boca vuelvan a encontrarse por la Copa Libertadores, el Gobierno de la Ciudad garantizará un súper operativo con 1.500 agentes y tecnología de punta: de las 7.800 cámaras que son supervisadas desde el Centro de Monitoreo Urbano, unas 200 estarán enfocadas en los movimientos que se produzcan cerca del Monumental, donde se esperan más de 70 mil espectadores.

Las autoridades, incluso, hicieron un trabajo de inteligencia para evitar un posible choque entre los Borrachos del Tablón y la Banda del Oeste, dos violentos grupos que se pelean por el poder en la tribuna. Este es el tema más inquietante. Saben que hay una guerra interna y quieren evitar incidentes como los sucedidos el 18 de septiembre en Lanús, donde la barra se enfrentó con personal de la Policía bonaerense. 

"El que genera problemas, va a tener que hacerse cargo. Que sepa que lo vamos a ir a buscar. Ahí estaremos para detenerlo", aseguró Diego Santilli. El vicejefe porteño se puso al frente del operativo y estará en línea directa con Gabriel Oscar Berard, jefe de la Policía de la Ciudad (PDC).

Esta vez, no habrá federales. Ni Gendarmería ni Prefectura participarán de la custodia. Todo estará centrado en los uniformados citadinos para evitar problemas de coordinación, algo que sucedió en la frustrada final del año pasado, la que no se pudo jugar en Núñez y se disputó en el estadio Santiago Bernabéu, a 10 mil kilómetros de Buenos Aires.

Un modo, en definitiva, de que no se rompa la cadena de mando. "Las fuerzas manejan distintos códigos y protocolos. De esta forma, las órdenes serán directas", le confió a Clarín una fuente del Comité de Seguridad en el Fútbol, que depende de Valeria Sikorski.

La funcionaria viajó la semana pasada a Luque para asistir a una reunión en la Conmebol y entregó detalles del operativo. La Ciudad respetó los días y horarios elegidos por el organismo sudamericano, más allá de que la revancha será sólo cinco días antes de las elecciones nacionales.

¿Cuáles serán los aspectos fundamentales del operativo? Habrá un despliegue de 1.500 efectivos, entre ellos, cadetes del Instituto Superior de Seguridad Pública, que colaborarán con Tribuna Segura, el sistema de identificación que será un filtro para aquellas personas con antecedentes o derecho de admisión.

En enero, 284 barras de River recibieron la notificación de la prohibición de concurrencia. Después de los disturbios que se produjeron hace 13 días antes del duelo con Godoy Cruz por la Copa Argentina, 89 hinchas fueron agregados a la lista negra.

"No queremos violentos en la cancha. Los estamos vigilando", deslizaron desde la Policía. El objetivo es evitar un enfrentamiento. En las últimas horas hubo amenazas. Todo un síntoma de que hay que ocuparse del tema.

Desde el mediodía, la Agencia Gubernamental de Control (AGC) inspeccionará el estadio. Con el visto bueno, se procederá a la apertura de las puertas, que será tres horas antes del comienzo del partido.

Además, trabajará la División de Explosivos de la PDC, habrá presencia del cuerpo de Bomberos, representantes de Espacio Público, de Logística, de la Dirección de Tránsito y Transporte, de Limpieza y de Prevención del Delito.

Este último punto es clave. En el Superclásico del 1° de septiembre, que también se jugó en Núñez, apenas hubo dos detenidos con pedido de captura y 11 impedidos de ingreso por derecho de admisión. "Fue un éxito", se jactó Berard, quien estará secundado por el subjefe Oscar Cejas.

La llegada del micro con el plantel de Boca, el 1° de septiembre. Foto: Mario Quinteros

Habrá que trasladar a los planteles de River y Boca al Monumental, ya que se encuentran alojados en Pilar y en Ezeiza. Como ocurrió en el clásico anterior, Boca viajará en un ómnibus blindado, una exigencia del Ministerio de Seguridad. Serán escoltados por el Grupo de Acción Motorizada (GAM) de la PDC por la Ricchieri hasta la General Paz, tomarán la autopista 25 de Mayo y el Paseo del Bajo. Habrá un helicóptero sobrevolando el periplo, casi como en una película hollywoodense.

A las 17 se hará el corte de calles desde Avenida del Libertador, Udaondo, Lugones, Figueroa Alcorta y Monroe. Después, quedará rezar. "Si aparece un pibito y tira una piedra, ya es un tema cultural", se lamentan en la Policía. Intentarán que no suceda.

 

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