Las reliquias de Jesús que se salvaron del incendio de Notre Dame

Objetos del Via Crucis, a buen resguardo.

Hubiera sido una pena que se perdieran, pero zafaron del incendio que destruyó la Catedral de Notre Dame. Pero ahí están. Son, según los católicos, reliquias esenciales de la crucifixión de Jesucristo: la mismísima corona de espinas que le pusieron los romanos en la cabeza para burlarse de su condición de "Rey de los Judíos", uno de los clavos con los cuales los clavaron a la cruz y hasta un pedazo de madera de la mismísima cruz. Año tras año, miles de católicos veneraban esos objetos que según la tradición cargó el Mesías en días como estos. Por ahora, deben conformarse con saber que quedaron a salvo de las llamas.

La corona de espinas

Llegó a Notre Dame en tiempos de la Revolución Francesa. Está cubierta por un relicario que la preserva de los daños que el tiempo pueda infligirle.

Un clavo de la cruz

Atravesó el cuerpo de Jesús y lo acompañó en su calvario. La Catedral tenía por costumbre exhibirlo sólo en estas fechas.

Madera de la cruz

Aunque en todo el mundo hay infinidad de maderos, maderitas, astillas y etc. que algunos atribuyen a la cruz de Cristo, sólo tres fragmentos han sido reconocidos oficialmente por la Iglesia como pertenecientes a la cruz: una en la Basílica de la Santa Cruz, en Roma, otra en el Monasterio de San Toribio, en España, y la restante, en Notre Dame.

Fuente: Big Bang News

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