Salía de trabajar, bajó del colectivo y lo asesinaron

 Tenía 18 años y un hijo de 9 meses. Le robaron los pantalones, las zapatillas y una mochila. A pesar de que no se resistió, lo ejecutaron de un tiro en la sien.

Trabajaba 14 horas por día para juntar dinero para poder construirse su casa arriba de la de sus padres. También estaba ahorrando para poder festejarle el primer año de vida a su hijo, en junio. Pero tres ladrones se cruzaron en su camino. Le sacaron desde los pantalones hasta las zapatillas y, a pesar de que él no opuso ninguna resistencia, el robo terminó cuando uno de los asaltantes le disparó un tiro mortal a la altura en la sien. Murió segundos después.

Lucas Olmedo tenía 18 años. Fue asesinado el miércoles a la madrugada a metros de su casa de avenida Crovara y calle 500, del barrio San Alberto, en la localidad de San Justo. Ayer, el día en que su hijo cumplía 9 meses, fue sepultado en el cementerio de La Matanza.

El asesinato quedó registrado en las cámaras de seguridad de un supermercado chino de la zona. Los ladrones serían dos menores y un mayor. En el momento en el que sorprendieron a Lucas tenían gorras puestas. Anoche el fiscal del caso, José Luis Maroto, trataba de identificarlos.

“Lucas trabajaba todo el día para su hijo. Gracias a su esfuerzo ya habíamos logrado hacer la escalera para luego construir nuestro dormitorio en la terraza de la casa. Pero lo asesinaron como a un animal por 200 pesos que le habían pagado por su día de trabajo”, contó ayer a con dolor Florencia, la pareja de la víctima.

Los ladrones escaparon con la mochila de Lucas, donde llevaba su celular, unas facturas y pan que le habían dado en uno de sus empleos. También le sacaron los pantalones y las zapatillas. Lo dejaron en calzoncillos y remera.

“Fue un crimen salvaje. En las cámaras se ve claramente que Olmedo no se resistió en ningún momento. Es más, se lo veía completamente entregado. Como en la zona suele haber muchos ‘paqueros’, creemos que los ladrones estaban drogados. Le dispararon sin motivo y de tan corta distancia que el arma le llegó a quemar la sien”, resaltó indignado un investigador del caso.

La víctima vivía junto a su novia, de 17 años, y a su bebé, Bautista, en una habitación de la casa de sus padres. Con sus dos trabajos estaba juntando dinero para poder mudarse a vivir solo.

“El padre de Lucas es un zapatero muy respetado en el barrio, igual que toda su familia, que nunca tuvo un problema con nadie y siempre se dedicó a trabajar”, resaltaron vecinos del joven asesinado.

El papá de Bautista trabajaba de mozo en el bar del Hospital Italiano de San Justo desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. “El suegro, que es panadero, le consiguió la posibilidad de que también trabajara en una confitería ubicada en la calle Necochea, en la localidad de La Tablada”, contó un amigo de la víctima.

En esa panadería Olmedo trabajaba de 10 de la noche a 2 de la mañana. El miércoles terminó su turno en ese empleo y tomó un colectivo de la línea 180 para ir hasta su casa. A las dos y media de la mañana, bajó en Crovara y calle 500, a metros de su hogar.

“En las filmaciones se ve claramente que los ladrones lo toman del pelo. Lo hacen cruzar la calle y lo meten en un pasillo. Allí primero le sacaron la mochila y después lo empezaron a desvestir”, resaltaron los investigadores consultados.

Hay al menos un testigo que declaró que escuchó a Lucas rogándoles a los ladrones que no lo mataran porque él “iba a entregarles todo”.

Luego del disparo, una vecina llamó al 911. “La mujer salió y se encontró con Lucas llorando. El chico le llegó a decir que vivía enfrente (aunque vivía a unas dos cuadras de donde lo mataron). Pero enseguida se desvaneció y murió”, contó Giuliana, la dueña de la panadería donde trabajaba el joven.

Giuliana explicó que Lucas era un chico “muy responsable” que nunca había faltado a trabajar. “Era muy querido. A tal punto que muchos médicos del hospital donde él trabajaba, cuando se enteraron de que lo habían matado, se pusieron a llorar desconsolados”, resaltó.

Ayer a la tarde, la Policía Bonaerense trató de imponer la versión de que Lucas había sido asesinado en un presunto “ajuste de cuentas”. Sin embargo, altas fuentes judiciales consultadas lo desmintieron. “Fue un claro caso de homicidio en ocasión de robo. No hay que ocultar la inseguridad y hay que decir la verdad. Este chico era un trabajador sin enemigos que fue asesinado salvajemente por ladrones”, resaltaron con enojo.

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