Con el verano, revive la moda de las playeras hot

Descubrieron que las vendedoras de combustible con calzas ajustadas y ropas insinuantes facturan más.

Lorena se pasea coqueta por toda la estación de servicio, habla con los clientes y se ríe. Ella dice tener tan sólo 19 años, un hijo, y un andar que se lleva los ojos de todos los hombres que esperan ser atendidos. Lorena, también tiene calzas blancas súper ajustadas, y una simpatía por demás dudosa.

Ella es promotora y playera desde hace meses en la estación Delta de Provincias Unidas y José Marti, en la localidad de San Justo. Y de su profesión le ameritan algunas quejas. “Hay tipos que son re pesados, me dicen de todo”, confiesa a 24CON mientras camina rumbo a un capot para levantarlo y revisarle el agua. Cuando vuelve, completa: “Me sacan fotos o se quedan parados media hora mirándome”.

Confirmado. Post crisis 2001, la medida que adoptaron los dueños de las estaciones de servicio para atrapar clientes tuvo éxito. Con un par de chicas contundentes despachando combustible, las ventas suben. O, por lo menos, así lo insinúa el encargado de un autoservicio de la marca Sol, también en la zona. “El que viene quiere también divertirse, se le hace menos pesado cargar nafta”, dice.

 

La publicidad “gasolera” a veces no alcanza con el modelaje playero. “Reparto promociones en las remiserías, por ejemplo, por cada 3 cargas te llevas una gratis”, señala ahora Lorena, mientras se da vuelta y despide con un beso en la mejilla a los tres hombres que se habían bajado de un Wolksvagen Bora por dos motivos: Para llenar el tanque de gas, y para presenciar el sinuoso paisaje que porta con actitud la chica.

En la estación el “histeriqueo” es constante. Lo que provoca que el “ratoneo” de los conductores sea divisible a metros de distancia. Ellas se abusan de la charla mientras los numeritos de los surtidores se incrementan a gran velocidad y la oportunidad de “encarar” de ellos depende de sólo unos minutos. 

Pero para algunos, la práctica no surte efecto. Como explica a la perfección un playero de la estación Esso, ubicada sobre la Avenida Rodríguez Peña de San Martín: “Creo que a esos lugares vas un par de veces, y si no le sacaste aunque sea el número de teléfono a la piba, no vas más”. Y así desestima que la metodología funcione: “Si quiero ver a una mina, de última me voy a un cabaret, no a cargar nafta”, concluye liso y llano.   

La propuesta

Cuando el amor, la progesterona y los combustibles se cruzan, la mezcla puede ser explosiva. Por eso las playeras se quejan. “Hay que aguantar cada cosa acá”, dice Paola, empleada de una estación de GNC sin marca, ubicada sobre la Avenida 25 de Mayo, también de San Martín.

 

“Antes había una chica que trabajaba casi en bolas. Porque ella quería, no porque la obligaran. Y le ofrecían de todo, es más, se fue con cada uno…”, comenta. Igual que a la joven de San Justo, quien reconoce haber recibido más de una propuesta indecente: “Una vuelta me ofrecieron 800 pesos por sexo. Vino un tipo y me dijo que me llevaba, ahí nomás. Le dije que no, porque no me hace falta, encima era feo”.

El trabajo de playera encubre además otros riesgos, casi todos, de género. Diversas empleadas consultadas por este medio reconocieron la peligrosidad de trabajar los sábados y domingos por la madrugada, “porque vienen todos en pedo, y te cargosean”, aseguran de los solteros más jóvenes.

Los casados también tienen sus experiencias. Si bien los hombres casi siempre concurren solos, hay quienes en algunas situaciones son acompañados por sus mujeres o novias. “En ese caso ni te hablan, te cortan el rostro”, detallan las chicas. 

 

La estrategia


Si bien el fenómeno “ratonero” de las playeras hot se da más en las estaciones de GNC, los lugares que implementan esta modalidad son variados. Y están diseminados por cualquier parte del Conurbano y Capital Federal, sin distinción de empresas.

Esso, YPF, Sol, Shell, Delta, Petrobras, etc… dan por igual, ya que la elección del personal depende de la voluntad y “el mérito” de los dueños de las estaciones, y no de requisitos específicos de la compañía proveedora de combustible.

Y es así como también hay playeras que deben cumplir con un uniforme mucho más rígido, que en nada se compara con las provocativas calzas elastizadas en cuestión, sino todo lo contario. En épocas de bajas temperaturas como las actuales, su indumentaria consta de camperón largo, pantalón “cuasi” overol, zapatillas negras y gorra.  

El “ratón” que maneja el monitor


Ciertos grupos fanáticos de las playeras sexys decidieron tomar la posta y expandir sus conocimientos al mundo. Desde aproximadamente 4 años a esta parte, se subieron a Internet varios sitios y blogs exclusivos en la "problemática".

 "La idea surgió por la falta de páginas que concentre la temática de estas chicas. Desde el primer día tuvo mucha aceptación gracias a que somos hoy por hoy uno de los pocos websites dedicados exclusivamente a playeras argentinas", dijo a este medio Sergio Garófolo, creador de chicasdegnc.com.ar.  

Allí se exhiben fotografías y hasta videos relativamente actualizados, captados in fraganti, y no precisamente de las caras de las jóvenes ni de su belleza interna. También hay foros, en los cuales los comentarios cargan con un stock de guarangadas que pueden generar tanto risa como rechazo.

O también los hay con menos violencia y más culpa, como este: “La verdad me da mucha pena saber que un montón de pajeros se dedican a fotografiar minas que están trabajando, obvio a alguna le debe gustar que le miren el culo pero otras están en calza cagándose de frío como mi señora por que no le queda otra”.