Una clínica privada de Lanús y cercana a los Moyano "truchó" un certificado y dijo que murió de covid

La familia de Francisca Zalazar denunció la grave irregularidad, además de relatar el maltrato que vivieron durante los 20 días que la abuela estuvo internada. "El hisopado de coronavirus fue negativo pero nunca pudimos verla, hasta le robaron la alianza de casamiento y los anillos a mi mamá. Tuve que cremarla y no sé si estaba adentro de la bolsa", afirmó a este medio su hija Mónica y dio más detalles del desgarrador momento que les tocó vivir en plena pandemia.

Si se tiene en cuenta la fachada, la Clínica Modelo de Lanús parece ser una cosa que a la hora de la verdad, los hechos dicen otra. Según se presentan en la web, son una institución privada que brinda servicios de cuidado, diagnóstico y tratamiento para pacientes de mediana y alta complejidad, contando con más de 60 años de trayectoria en el ámbito de la salud. Hace cerca de 5 años, ese nosocomio está muy ligado a la familia Moyano, para estar a disposición del Sindicato de Camioneros, aunque atiende a un gran número de obras sociales. Entre otras, presta servicio para el PAMI, con lo que el paisaje habitual de la clínica es atender a muchos abuelos.

Entre las comodidades de la clínica, ubicada en un lugar estratégico de Lanús, en sus redes indican que cuentan con una superficie de 8.500 m2, distribuidas en cinco pisos, ubicados en la tradicional Av. Hipólito Yrigoyen 4835, de ese distrito de la zona Sur del Conurbano bonaerense. Sin embargo, con solo investigar un poco en la web, las denuncias y malas experiencias de los pacientes se multiplican por cientos. Las quejas de destrato, en especial a los abuelos que utilizan ese sanatorio por PAMI, son moneda corriente.

En las últimas horas, una grave denuncia llegó a la redacción de 24CON. Allí la familia de Francisca Zalazar, una abuela de 82 años que tenía una vida plena, muy meticulosa con su salud, murió luego de estar 20 días internada. Si bien llegó caminando tenía algunos problemas de hipertensión, pero con exámenes trimestrales cumplidos por años al pie de la letra, tenía una buena vida. Era tal el buen estado de Francisca, que se animaba a hacer Pilates, semanalmente con su hija Mónica. "Mi mamá ingresó por Guardia el 8 de junio y no la vimos más", comienza el desgarrador relato de su hija, a quien la moviliza entre la bronca, la tristeza y la responsabilidad de intentar que a otras familias no les toque vivir el calvario que pasaron en 20 días. "La cochería tuvo que retirar el cuerpo con un certificado de defunción que decía que había muerto de covid, cuando no sólo era mentira, sino que la misma clínica luego me llamó para pedirme perdón y decirme que había sido un grave error. Yo tuve que cremar a mi mamá sin saber si estaba adentro de la bolsa. Es una duda que me va a acompañar hasta que me muera. Si no aceptaba el cuerpo en esas condiciones, no me lo entregaba y debía quedar en la morgue hasta que intervenga un Juez", cuenta la hija de Francisca y cuesta creer que pueda pasar esto con una persona. 

"La tuvieron desde las 10 de la mañana hasta las 2.30 de la madrugada en la Guardia, porque no había cama. Puedo afirmar que en todas esas horas estuvo sola, con poca o nula atención médica y -no me quita nadie- que por la falta de medicación en esas horas, mi mamá tuvo un ACV", continúa Mónica, en su diálogo con este sitio y agrega: "A la noche me mandaron a mi casa y mi dijeron que si había alguna novedad me llamaban. Al otro día, cuando volví a la clínica me enteré que estaba en terapia intensiva y que había tenido un derrame cerebral. El médico me dijo que su cuadro era irreversible y que no me hiciera mucha idea de que pudiera sobreponerse. Yo le dije que como era muy creyente, solo Dios podría saber cuál iba a ser el destino de mi mamá. Por obra de él, o porque tenía que ocurrir con el correr de los días mi mamá fue mejorando. Primero le sacaron el respirador, luego recobró la lucidez, me decían las enfermeras que preguntaba por sus hijos, con nombres y estaban por darle el alta médica". 

Lo llamativo o grave de este caso es que aunque los médicos reconocieron que le habían hecho el hisopado por covid-19 y le había dado negativo, nunca dejaron que su familia pueda ver a Francisca. "Ni siquiera pudimos llamarla por teléfono a la habitación, o hasta les pedí permiso para enviarle un audio de whatsapp y que alguna enfermera o médico se lo haga escuchar. Tenía miedo que mi mamá pensara o sintiera que la dejamos abandonada, que la tristeza por estar ahí sola empeore su salud. Pero siempre nos hablaron de protocolo y que no podían permitirnos ningún contacto, ni siquiera a través de un vidrio, o de lejos, algo que hasta ahora no logro entender", afirma Mónica y le pones más énfasis al enorme destrato que sufrieron. 

Un empleado de limpieza trajo una bolsa rosada con las pertenencias de mi mamá, que decía ÓBITO. Ahí se me cayó el mundo abajo. Alguien se robó el anillo de casamiento y otros anillos de oro que tenía. 

  Pero esto recién comenzaba para la familia Zalazar/Lezcano. "Cuando todo iba a bien (cerca de fin del mes pasado) y hasta había comenzado los trámites en PAMI, para pedir un tubo de oxígeno, una silla de ruedas y todo lo necesario para poder llevarla a casa y que estuviera cómoda, un día me llaman de la clínica y me dicen que el médico quería hablar con nosotros. Les pregunté si llevaba ropa para traer a mi mamá a casa, pensando que le iban a dar el alta, y del otro lado sólo me dijeron ´Preséntese´en la clínica que el médico quiere verla. Desde ese momento, una sensación horrible tenía en mi cuerpo. Me hicieron esperar más de dos horas, me tuve que pelear con varios integrantes de la clínica, hasta que me hicieron subir al piso donde estaba mi mamá. Mientras esperaba ser atendida, un empleado de limpieza trajo una bolsa rosada con las pertenencias de mi mamá, que decía ÓBITO. Ahí se me cayó el mundo abajo y luego vino la enfermera y me confirmó que la noche anterior había sufrido dos paros", puntualizó Mónica, y volvió a reconocer que nadie la había llamado para avisarle semejante vuelco en el cuadro médico de Francisca.   

"A veces pienso que esto es una pesadilla, me quiero despertar y poder abrazar a mi mamá. Esta clínica tiene varias denuncias por tratar mal a los abuelos. Yo no quiero ni plata, ni publicidad ni nada. Solo que no le pase a otras familias todo lo horrible que pasamos nosotros. Hasta le robaron el anillo de casamiento y otras cosas de oro que tenía. Es un vergüenza todo lo que pasó. A mi vieja no me la devuelve nadie", termina Mónica, 

Esta familia nunca se olvidará del 2020, ni del covid-19. Pero cada vez que pase por la puerta de la Clínica "Modelo" ( de lo que no hay que hacer ) revivirá la peor de las pesadillas que le tocó vivir. Ojalá su aporte, ayude a que otras familias no tengan que pasar lo mismo.

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