Las posturas ideales para dominar el sexo

Puede que no mandes en ningún lado... menos en la cama. Ahí la cosa cambia. Si te excita ser la persona que lleva el control, sigue estos consejos

Si tienes un puesto de responsabilidad en tu empresa o eres una de esas personas a las que les encanta mandar, quizá decidas tomarte un descanso en la cama y, por una vez, dejar que sea otra persona la que tome el timón y controle el barco. Eso está muy bien, por supuesto, pero este artículo no está dirigido hacia ti, a menos que quieras cambiar un poco.

Y es que seamos francos, dominar en el sexo también tiene su encanto. Nosotros te vamos a proponer una serie de posturas que conseguirán que disfrutéis ambos, sea quien sea el que decida llevar la batuta de la función. Recuerda también que los preliminares no tienen porque ser solo para ellas, en general hombres y mujeres disfrutan de los juegos previos y son una idea fantástica para encender la llama.

Al dominar tú, recuerda que llevas la batuta, por lo que desde el principio tendrás que dejar claro cuál es el ritmo que debéis seguir

Desde un punto de vista ginecológico, las mejores posturas son las que favorecen la estimulación del clítoris. Nosotros dejamos a tu gusto, lector o lectora influyente, quién va a mandar la próxima vez que os acostéis, simplemente te damos las ideas. Eso sí, no te asustes porque no va a ser necesario que os pongáis los trajes de látex de la fotografía, que son poco apropiados y puede que no muy útiles para la ocasión.

La locomotora sueca

Bueno, está bastante claro que en esta ocasión es el hombre el que manda aquí. El sexo de pie siempre tiene algo de arriesgado que el misionero, desgraciadamente, no aporta. Una pared o una ducha estrecha se convertirán en vuestras mejores amigas, el dominado puede colocar los pies contra la pared o bien podéis usar un pomo de una puerta, una barandilla o un mueble para sentir esa estabilidad tan necesaria.

Como si de una locomotora o de un coche de caballos se tratase, solo tenéis que empujar y seguir el ritmo. No te preocupes si las primeras veces que pruebas esta postura te cuesta llegar al orgasmo. Si estás acostumbrado a tener relaciones sexuales tumbado, este cambio puede ser bastante brusco, pero el rol dominante aquí es absoluto, lo que le añadirá un +1000 a la experiencia.

La balsa

Tranquila, lectora, que ahora te toca a ti. ¡Las mujeres encima! En esta postura lo fundamental es el control, así que, puesto que tú eres la que tendrá que dejar claro cuál es el ritmo que quieres. También tendrás que abrirte de piernas un poco, para facilitar la penetración.

Todo vale. Tírale del pelo, estréchale entre tus brazos, que él ponga las manos sobre tus nalgas, pero que no intente controlar, importante. Aquí mandas tú, así que muévete y ajústate para que, como decíamos antes, se favorezca la estimulación del clítoris. Puedes usar incluso las manos si así lo ves necesario, pero ¡No pares!

El tornillo

Volvemos a él. Si os atrevéis, es una de las posturas sexuales que más placer os dará. Solo debéis tumbaros en una buena superficie y mirar ambos hacia el mismo lado, entonces, debes colocarte de rodillas e introducirte en ella, si quieres puedes colocar una almohada detrás de ti para tener más comodidad en la espalda.

Esta posición crea una sincronización perfecta, que intensifica su placer al parecer tu miembro más grande, con la mano, además, puedes aprovechar para estimular su clítoris y conseguir que llegue al clímax cuando tú lo hagas. Recuerda, está totalmente indefensa, aquí eres tú el que manda.

El 69

Vamos acabando. De nuevo ella se coloca arriba, y como a nadie le amarga un dulce esta es sin duda la mejor postura para alcanzar el clímax. La estimulación genital es una de las sensaciones más intensas para llegar al orgasmo, al fin y al cabo.

Al estar ella encima, el hombre puede usar los dedos para estimular (a la vez que utiliza su boca) su punto G. Una manera estupenda de encontraros en sintonía, y aunque sea la mujer la que marque el ritmo y domine, es probable que lleguéis ambos a la vez.

ElConfidencial