México, retratos después del temblor

Escombros son todo lo que queda de cientos de casas desgarradas por el terremoto que azotó a México en septiembre, dejando a sus dueños con parientes o amigos, esperando que sus hogares puedan ser reconstruidos o puedan encontrar otros nuevos

Tomasa Mozo, de 69 años, ama de casa, mira hacia el techo mientras posa para un retrato dentro de las ruinas de su casa después del terremoto en San José Platanar
Héctor Guzmán, de 48 años, campesino y representante del Presidente Municipal de San José Platanar, sostiene el modelo de una casa nueva para su padre
Ana María Hernández, de 37 años, vendedora de ropa, posa para un retrato fuera de su casa cuando es demolida después del terremoto en Jojutla de Juárez
Rene Contreras, de 20 años, estudiante, sobre los escombros de su casa después del terremoto en Jojutla de Juárez,
Elena Zapata, de 69 años, ama de casa, con su nieta Mariana, de 3 años, dentro de las ruinas de su casa después del terremoto en Tepalcingo
Catalina Martínez, de 78 años, ama de casa, en la puerta de su casa después del terremoto en San José Platanar
Teresa Luna, una costurera de 49 años, posa con su perro Dokie, junto a parte de su casa que fue gravemente dañada después del terremoto en Chietla
Cenobia Riquelme, de 76 años, ama de casa que sufre de Alzheimer, posa junto a su casa después del terremoto en Jojutla de Juárez.
Luis Medina, de 36 años, trabajador rural, María Teresa Espinoza, de 35 años, ama de casa, y María de Jesús Medina, de 9 años, dentro de su casa que fue gravemente dañada después del terremoto en San José Platanar
Ventura Sánchez, 63 años, ama de casa, sobre los escombros de su casa en La Nopalera
Jaime Delgado, 21 años, trabajador agrícola, sobre escombros en un área donde ayudó a rescatar a la gente en Jojutla de Juárez.
Luis García, de 79 años, albañil, en su casa en Jojutla de Juárez.
María Guzmán, de 70 años, ama de casa, sobre los escombros de su casa en San Jose Platanar.
Prudencio Gutiérrez, de 66 años, trabajador agrícola delante de su casa en San Francisco Xochiteopan.
Juan Sánchez, de 53 años, parroquiano y guardia de la iglesia frente a la iglesia de San Juan Bautista en San Juan Pilcaya

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 Al menos 369 personas murieron en el terremoto de magnitud 7,1 que azotó el centro de México, causando más devastación en la capital que ninguna otra desde el desastre de 1985 que mató a miles de personas.

Los daños a las viviendas fueron particularmente llamativos en las zonas centrales del país, cerca del epicentro del terremoto al sureste de la ciudad de México en los estados de Puebla y Morelos.

"Perdí todo, mi tía murió aquí", dijo Ana María Hernández, de 37 años, vendedora de ropa, mientras los excavadores limpiaban los restos de su casa en Jojutla de Juárez, Morelos.

Ahora, viviendo con parientes, ella y muchos otros esperan que sus hogares destruidos eventualmente sean reconstruidos.

Pero la incertidumbre nubla el futuro para algunos.

Verónica Dircio, una ama de casa de 34 años, dijo que "no quedaba nada" de la casa que ella y sus hijos llamaron hogar antes del terremoto que azotó la ciudad de San Juan Pilcaya en Puebla.

"Estamos preocupados porque vinieron e hicieron un censo de las casas, no nos han dicho si al menos vamos a poder volver a lo que fue nuestra casa -dijo Dircio-.

María Trinidad González, de 41 años, logró rescatar algunos utensilios de cocina y muebles de las ruinas de su casa en el pequeño pueblo de Tepalcingo en Morelos. Montones de ladrillos caídos y escombros revueltos cubrían el suelo de su casa sin techo.

La casa de la ama de casa de 70 años de edad, María Guzmán, en San José Platanar, en el estado de Puebla, quedó completamente inhabitable por el terremoto, obligándola a refugiarse.

"Lo más valioso que recuperé fue la foto de mi boda", dijo Guzmán fuera del edificio destrozado.