Nene discapacitado está a punto de quedarse sin casa

Joel padece retraso mental y madurativo. A la madre le prestan un garaje para vivir. "La asistente social me dijo que usurpe", contó a 24CON

Gisela está desesperada, cuenta los días como si se acercara el final de una condena, cuando realmente lo que se acerca es el comienzo. En diez días ella con Joel y su familia quedarán en la calle. Ya no sabe qué puerta golpear ni de dónde sacar un futuro para sus cuatro hijos. Por lo pronto un vecino se apiadó y le prestará un techo, pero no sabe cómo se las arreglará para vivir sin baño.

Joel tiene 9 años y desde su nacimiento la vida se le hizo difícil. A los 18 días de nacer contrajo meningitis. La enfermedad fue erradicada pero dejó secuelas irreparables. Desde el mes de vida vive con una válvula dentro de su cabecita que regula la cantidad de fluidos que ingresan. Padece encefalopatía orgánica no evolutiva, lo que lo llevó a tener un retraso mental y problemas motrices.

Como si los problemas fueran pocos, sus pulmones no se desarrollaron de manera normal y uno de ellos es más pequeño. Vive medicado y con problemas para respirar, depende de los fármacos anti convulsivos y de los cuidados de su madre.

Empero, los cuidados dependen también de una casa acorde a las necesidades del nene. “La casa tiene humedad. Esto lo llevó a Joel a una terapia intensiva de diez días. Hablamos con el dueño, le dije lo que me piden los médicos. Que el lugar sea seco, ventilado. Acá hay una sola ventana y el dueño no quiere hacer otra abertura. Por la humedad también perdimos ropa y hasta se quemó un televisor”, explicó a 24CON Gisela Córdoba, la madre de Joel.

Los problemas entre los inquilinos y el dueño de la casa llegaron a la justicia. La resolución de la mediación fue a favor de la familia del nene, que cobró 6000 pesos para paliar las pérdidas, pero el dueño cansado de reclamos decidió vender la propiedad y Joel quedó a la deriva. Por las calles de Villa Insuperable en el partido de La Matanza.

“Siempre que fuimos a alquilar nos pidieron garantía, y no tenemos. Mi marido trabaja en la construcción, es albañil. Y a veces tiene trabajo unos meses, pero pueden pasar varios sin tener nada. Necesitamos una casa libre de humedad, que esté bien ventilada. Nada más, es lo que me piden los médicos para Joel. Una asistente social me recomendó que usurpe una casa y después tramite la propiedad. Pero no puedo ir a usurpar, no quiero meterme en una casa con mis cuatro hijos”, señaló Córdoba.

La familia recorrió todas las oficinas que tuvo a su alcance para poder pedir una casa digna. Las respuestas negativas siempre se fundaron en que ellos no viven en una villa de emergencia o que debería alcanzarles con la pensión de Joel. Hasta el momento no ven salida a su situación.

Tratamientos y soluciones

Una esperanza desvela a Gisela. Un tratamiento especial podría mejorar la condición de vida del pequeño, sería un nuevo método que optimizaría la capacidad motriz del menor, quien actualmente se moviliza mayoritariamente en silla de ruedas, pero su costo supera los 40 mil pesos. Una cifra inalcanzable para la familia. Por eso iniciaron una campaña en las redes sociales para juntar tapitas con las cuales conseguir los fondos. El grupo de Joel se puede encontrar bajo el nombre Una tapita = Una sonrisa de Joel.

El mismo método habían implementado para conseguir una cama ortopédica, pero ante lo especial del caso, los Veteranos de Malvinas de La Matanza le donaron hace pocos meses una cama con la que Joel pudo dormir relajado. “Necesitábamos seis almohadas para mantenerlo inclinado. Para que pudiera respirar bien. Él sufre de apnea, pero con la cama mejoró mucho. Dejó de ahogarse y se despierta con energía”.

A diez días del desalojo todavía no saben a donde van a ir. “Hace unos años estuve en la calle con Joel. No quiero volver. Un vecino de Villa Luzuriaga nos presta un garaje. Es un techo, pero no es una casa, y no es lo que Joel necesita. Es transitorio. Joel es paciente psiquiátrico, se saca las uñas de cuajo, toma Luminal para las convulsiones, tiene problemas respiratorio, hemiplejía… necesitamos una casa”, finalizó Gisela.

Son apenas diez días los que le quedan a la familia para encontrar un techo apropiado para Joel. Con los ingresos limitados y casi sin amparo, saben que será una tarea sumamente difícil.

 

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28 de febrero de 2013

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