Le pagan por "rascarse" y casi muere envenenado

El británico Ben Southall había ganado un concurso para ser cuidador en una isla paradisíaca. Casi muere envenenado cuando hacía Jet Ski.

Ben Southall, el británico que ganó el “mejor trabajo del mundo”, que consiste básicamente en divertirse con turistas en una isla paradisíaca, casi muere por un accidente laboral: lo picó una aguaviva venenosa.

Ben, de 34 años, oriundo de Hampshire, Inglaterra, se quedó con el puesto tras vencer a principios de año a otros 35 mil aplicantes para el puesto de cuidador durante seis meses en un archipiélago de islas en Australia.

La única tarea que le pidieron era divertirse y escribir periódicamente en un blog sobre sus actividades. Por eso, le pegarán nada menos que 110 mil dólares. Sin embargo, vivir en una isla paradisíaca no es nada fácil.

“Estaba disfrutando de una tarde de jet ski con algunos amigos en una tranquila playa de Hamilton Island. Mientras subía por detrás al aparato para volver a la costa sentí un pequeño pinchazo, como el aguijón de una abeja, en el antebrazo”, relató al sitio de Dailymail.

De lo que no se dio cuenta en ese momento, fue de que el pinchazo había sido de una aguaviva transparente, apenas del tamaño de una uña, pero tan peligrosa como las serpientes más venenosas del planeta.

“Comencé a tener mucho calor y a sudar, me había dado un dolor de cabeza y me sentía muy enfermo en todo el cuerpo, con un dolor muy fuerte en la espalda y contracciones en el pecho. La presión sanguínea estaba altísima”, relató sobre los síntomas.

Southall fue tratado inmediatamente con un antídoto y, según dijo, ya está “recuperado al cien por ciento”, aunque permanece internado en un hospital.

No todos tuvieron su misma suerte: en 2002 otro turista británico, Roberto Jordon, sufrió la picadura de una aguaviva, pero no sobrevivió. “Fue horrible, pero ya aprendí la lección: usar siempre el traje de neoprene”, afirmó Ben.

Apenas del tamaño de una uña y transparentes, las aguavivas irukandji –se llaman así por un pueblo que habita en esas islas del Pacífico- introducen el veneno con sus tentáculos bajo la piel, directamente al torrente sanguíneo.

Aquellos que han sobrevivido a sus picaduras describen los primeros síntomas como un dolor que se vuelve insoportable a medida que el veneno se esparce por el cuerpo.
 
Esa sensación, que llaman síndrome irukandji, aademás incluye calambres en brazos y piernas, dolor de cabeza, vómitos, sensación de quemado en el rostro, sudor, vómitos, dolencia renal, palpitaciones y un peligroso aumento en la presión sanguínea.

Parece que, el mejor trabajo del mundo no es necesariamente el más seguro. ¿Lo cubrirá la ART?
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