Las razones de Gallardo para no dejar a River

Para la prensa francesa, es algo así como para cualquier país izar su bandera en una fecha patria: cada vez que hay rumores de cambio de técnico en el Mónaco, el primer nombre que surge es el de Marcelo Gallardo. El Muñeco dejó un gran recuerdo allí como futbolista y el auspicioso comienzo de su carrera de entrenador, con un título en Nacional de Montevideo y ocho en River, lo vuelven una tentación permanente para el club francés, cuyo técnico, el portugués Leonardo Jardim, podría irse al Arsenal para reemplazar a Arsene Wenger tras el Mundial de Rusia.

La situación enciende alarmas entre la mayoría de los hinchas de River , que ven en Gallardo al principal fáctotum de la conquista, en menos de cuatro años, de cinco copas internacionales y de tres a nivel nacional, con una mano a mano ante Boca incluida. Sin embargo, esos hinchas pueden quedarse tranquilos: según pudo averiguar LA NACION, Gallardo aún no recibió ningún ofrecimiento formal y, en caso de que ello ocurriera, su postura es respetar el contrato que firmó este año con River hasta diciembre de 2021.

Gallardo, quien este jueves ante Emelec en el Monumental dirigirá su partido N° 200 en River (101 victorias, 55 empates y 43 traspiés), sabe en su fuero íntimo que muy probablemente le toque dirigir al Mónaco más temprano que tarde. De hecho, hace ya dos años que varios de los integrantes de su cuerpo técnico estudiaron o estudian francés a pedido del propio DT. Pero Gallardo entiende que el momento de desembarcar como técnico en Francia llegará más adelante. "Marcelo está muy compenetrado con su proyecto en River. Por algo aceptó renovar su contrato por cuatro años", afirma una persona de mucha confianza con el técnico. Más allá de eso, Gallardo es muy consciente de que en el fútbol argentino existe una presión desmedida que va de la mano con los resultados que consiguen los equipos.

Ahora bien, ¿por qué a Gallardo no lo seduce la chance de irse al Mónaco en el corto plazo? Básicamente, porque es la cabeza de un proyecto integral que incluye desde el objetivo deportivo de ganar la Libertadores de este año, pasando por potenciar el trabajo de las inferiores para que en el mediano plazo el club no necesite gastar fortunas en refuerzos, y hasta por el mejoramiento de la infraestructura: el propio Muñeco se convirtió en una suerte de arquitecto del predio de Ezeiza, hoy transformado en un complejo de nivel europeo.

Entre los aspectos que Gallardo pone en la balanza para que el interés del Mónaco por ahora solo le genere orgullo, también está el económico: hoy es el entrenador mejor pago de América. "Marcelo sabe que River hace un esfuerzo económico muy grande en él y su cuerpo técnico y por eso no se le pasa por la cabeza la posibilidad de irse de un día para el otro. Marcelo es muy agradecido con River en ese sentido", agrega la misma fuente.

La cabeza del Muñeco terminó de hacer un clic el último 3 de diciembre, cuando River perdió 2 a 1 en La Plata ante Gimnasia, por la Superliga: aquella noche, su equipo no tuvo ningún jugador surgido de la cantera del club entre los titulares, algo que no ocurría desde el 2 de junio de 1989, en un partido ante Argentinos por la Liguilla Pre-Libertadores. Gallardo ya tenía en claro que River estaba sufriendo un déficit para sacar jugadores de primer nivel de sus inferiores, en especial de mitad de cancha hacia adelante. Por eso acordó con el presidente del club, Rodolfo D'Onofrio, convertirse en la cabeza de un proyecto integral que lo ubica en el rol de entrenador plenipotenciario de River.

En ese sentido, Gallardo sumó este año a un ex futbolista muy identificado con River al staff de las inferiores: Hernán Díaz es una suerte de nexo entre el fútbol profesional y la cantera. Al exlateral se lo ve con frecuencia en el predio de Ezeiza, donde desde este año se entrenan la 4a, la 5a y la 6a a pedido del propio Gallardo. También reestructuró los cuerpos técnicos de inferiores al sumar a Guillermo Rivarola para dirigir a la 6a y a Gabriel Perrone para conducir a la 7a. Y Alejandro Montenegro, aquel lateral izquierdo campeón local, de América y del mundo con River en 1986, fue designado como el encargado de la captación de jugadores, luego de dirigir a la 7a en 2017.

Su mayor objetivo del año es conseguir la Libertadores, en la que River por ahora busca encaminar su clasificación para octavos. Al segundo objetivo de 2018 ya lo celebró: la conquista de la Supercopa ante Boca, en Mendoza. Y ahora también tiene en la mira la obtención de un boleto para la Libertadores de 2019, una búsqueda compleja porque está a cinco puntos de Huracán, el 5° y último clasificado, cuando quedan 9 puntos por jugarse. Claro que le quedarían otros dos atajos: ganar la actual Libertadores o lograr el tricampeonato en la Copa Argentina.

Feliz en River, un lugar al que más de una vez definió como su "segunda casa", Gallardo está convencido de que Europa en general y el Mónaco en particular, pueden esperar. 

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