La empresa que lleva a domicilio hasta efectivo

La colombiana Rappi desembarca en el país con una inversión de US$ 5 millones y promete a sus usuarios enviarles "lo que quieran".

 Después del lanzamiento en la Argentina de la startup española de envíos Glovo, llega al país un nuevo player que promete a sus usuarios hacerles llegar literalmente "lo que quieran". Si bien esto puede parecer un cliché marketinero, la compañía no solo cuenta con delivery de supermercados, kioscos, restaurantes y hasta dinero en efectivo sino que también incluye en su plataforma una sección en blanco para que cada usuario la complete con lo que desee, desde un jugador extra para el FIFA hasta alguien que pique cebollas en su lugar. "Es la próxima generación en los delivery", afirmó Fabián Gómez, representante de Rappi, la empresa colombiana que comenzó a operar en Buenos Aires hace unas semanas y a nivel regional factura US$ 20 millones por mes.

Aunque el emprendimiento comenzó a operar formalmente en 2015 en Colombia de la mano de Simón Borrero, Sebastián Mejía y Felipe Villamarín, el proyecto realmente nació hace casi 10 años. Borrero había notado como las compañías de retail utilizaban un modelo de negocio online que no favorecía sus números, por lo que decidió crear una plataforma que simplificara la experiencia de compra simulando las góndolas de los supermercados. A los pocos meses, Rappi llegó a las 300.000 órdenes y comenzó a despertar el interés de varios inversores.
Primero fue la aceleradora Y Combinator la que se contactó para sumarla a sus filas. En la ronda A levantaron US$ 10 millones con la participación del fondo de venture capital Andreessen Horowitz, mientras que la segunda ronda fue de casi US$ 60 millones -ahí entró en juego Sequoia Capital. La última inyección fue de US$ 183 millones en enero de este año, especialmente enfocada en la expansión latinoamericana.

Después de lanzarse en Brasil y México llegó el turno de la Argentina. "Es un mercado importante porque no tenemos que enseñarles a los argentinos a utilizar el delivery, ya es un mercado desarrollado. Además hay un contexto político y económico que favorece", señaló Gómez durante el lanzamiento oficial de la startup en el país. Rappi conecta a los usuarios con un grupo de cadetes -llamados rappidenteros- que son los encargados de recoger los pedidos y llevarlos a los domicilios. Desde la empresa confirmaron que durante 2018 invertirán US$ 5 millones para su desembarco en la Argentina y esperan formar un equipo de aproximadamente 65 personas en el país, dedicado no solo a los negocios sino también a desarrollar software.

La plataforma posee varias unidades de negocio, entre las que se destacan los envíos de supermercados que representan alrededor del 50 por ciento de las órdenes que procesa. Para llevar a cabo cada envío, la compañía cierra acuerdos con las cadenas -en el país ya lo hicieron con Disco y próximamente esperan también contar con Carrefour- en las que crea la figura del "personal shopper", un empleado de Rappi que se encarga de preparar los pedidos y entregárselos al rappitendero -que cobran $ 35 por envío más propinas. Otro de los pilares es el delivery de restaurantes -un 40 por ciento de los pedidos. "Es muy común que, cuando la gente empieza a utilizar la aplicación, lo haga en los rubros que ya conoce", explicaron desde la empresa.

Además de los usuarios y los rappitenderos, los otros protagonistas del negocio son los retailers y las marcas. Gómez detalló el modelo de negocios de la empresa: "Los retailers nos pagan una comisión por volver online su mercado offline, mientras que las marcas nos pagan un fee por estar bien posicionadas dentro de la aplicación". A su vez, señalaron que esta es una de las principales diferencias que los distancia de su competidor Glovo. "Nosotros tenemos una integración formal con los aliados", mencionaron. La compañía española enfrenta un conflicto con la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (ASiMM), pero desde la empresa colombiana desmienten poder tener un problema similar, ya que sus cadetes se mueven en bicicleta e "hicimos todo el debido proceso para evitar problemas regulatorios".

Al igual que Uber no posee una flota de autos o Airbnb inmuebles propios, Rappi no tiene stock de ningún producto. "Nuestro sueño es reducir los precios del mercado de la canasta familiar en América latina. Tratamos de no subir los valores de los productos que ofrecemos", explicó un vocero en diálogo con Apertura.com. Además de la sección "lo que quieras", que aún no está disponible en el país, otros de los diferenciales de la startup son las unidades Antojos y Rappicash. En la primera el usuario elabora un pedido por fuera de las cadenas aliadas a Rappi, por lo que un "antojero" arma el recorrido que deberá hacer el cadete para conseguir todos los productos y carga el dinero del valor de la compra en una tarjeta que tendrá el rappitendero. En el caso de Rappicash, que tampoco funciona todavía en la Argentina, le permite a los que utilizan la aplicación solicitar dinero en efectivo que luego se le cargará a su cuenta.

A nivel regional, la empresa procesa 50.000 órdenes al día y emplea cerca de 800 personas en todas sus oficinas. Con poco más de dos semanas en el mercado argentino, ya cuenta con 250 repartidores y 1000 pedidos diarios. Sin embargo, por el momento solo opera en Palermo y Recoleta. Según confirman desde Rappi, esperan en tres meses completar la Ciudad de Buenos Aires y luego apuntan al Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba y La Plata. "Creemos que la Argentina puede llegar a representar el 20 o 25 por ciento de la facturación regional", destacaron.

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