Pros y contras del último chiche de los celulares

Graban videos a 960 cuadros por segundo, una velocidad 32 veces más pausado que lo normal.

 De un tiempo a esta parte han comenzado a aparecer cámaras en celulares capaces de captar imágenes a una velocidad endiablada: 960 imágenes por segundo. En concreto un par de teléfonos de Sony, el XZ y el ZX2, y el Galaxy S9 (los dos últimos presentados en Barcelona, en el congreso mundial de móviles hace dos semanas) son los que logran estas velocidades sorprendentes.

Esta cualidad hasta hace poco sólo era posible verla en cámaras científicas dedicadas a observar a cámara lenta escenas que sucedían a gran velocidad. Y ahora llegaron a los populares smartphones, pero con algunas limitaciones importantes.

De entrada, se puede decir que hay pros y contras al usar una mayor o una menor velocidad de fotogramas por segundo a la hora de captar video. Primero, el efecto de la persistencia retiniana se da perfectamente a 24 fotogramas por segundo (fps). Es la velocidad con la que se proyectan las películas en el cine. A esa velocidad el cerebro no es capaz de percatarse que en realidad durante una gran parte de la proyección no aparece nada en la pantalla del cine, porque la mente tiende a retener durante un breve periodo de tiempo la imagen que ha aparecido en una pantalla.

Cuando grabamos a más de 30 fotogramas por segundo, que es la tasa que se usa en muchas emisiones televisivas, obtendremos imágenes en las que percibimos los movimientos de forma más suave, sobre todo cuando se trata de escenas con elementos que se mueven rápidamente. Aunque también es cierto que a partir de una cantidad de imágenes por segundo, pongamos el límite aproximadamente en 60, esto es inapreciable.

¿Entonces para que superan muchas cámaras los 60 fps? Sencillamente para lograr un efecto de cámara lenta. Si grabamos a 120 fps podremos ralentizar la imagen cuatro veces respecto a su velocidad normal de 30 fps, si grabamos a 240 fps la velocidad se ralentiza ocho veces, y si recurrimos a los 960 fps la velocidad se ralentiza 32 veces.

Si pido a la cámara que grabe a 30 fotogramas por segundo, la velocidad a la que captará cada imagen será 1/30 de segundo. Pero si le pido que grabe a 60 fps la velocidad desciende a 1/60 de segundo. Por lo que a 1/60 se captará la mitad de luz que a 1/30. Si estamos en la playa al mediodía un día de verano no hay problema. Pero si se nos ocurre grabar durante el crepúsculo o de noche a esa velocidad la cámara para compensar tendrá que aumentar la sensibilidad ISO. Por lo que la imagen tendrá más ruido. De hecho, es posible incluso que sobrepasemos la capacidad del ISO de la cámara y la imagen se vea muy oscura al grabar video en alta velocidad.

Aunque también influye la luminosidad máxima del objetivo. De hecho, una de las razones por las que el Galaxy S9 tenga un objetivo tan luminoso como f/1.5 se debe a la posibilidad de grabar cada imagen con un tiempo de 1/960. Es tan elevada esa velocidad que sólo a plena luz del día, a pesar de ese objetivo luminoso, obtendremos imágenes relativamente libres de ruido.

Estas son las limitaciones de los teléfonos que hoy captan imágenes a cámara ultralenta: las secuencias a cámara lenta son muy breves, lo que dificulta su captación; y la compresión que se aplica a cada imagen es muy alta, se use una resolución HD como en el Galaxy S9 o Full HD como en el caso Xperia XZ2.

Es mejor no esperar milagros de la grabación de video a velocidad ultra lenta de los actuales terminales. Actualmente sirven para divertirnos un poco, pero poco más. Más interesante es grabar en 4K a 60 fps, como permite la última generación del iPhone y el Galaxy S9. Eso sí que puede ayudarnos para lograr una velocidad moderada de cámara lenta, pero con una gran calidad.

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