Clarín y La Nación: los patovicas del mejor equipo

Por Marcos Olivera

Clarín y La Nación son los patovicas de Macri.

Custodios serviles y serviciales, que lo cuidan, lo "encierran", lo aíslan de la consecuencia de las decisiones -erradas o no- que toma el presidente de la República.

Clarín tiene brazos fornidos que lo ayudan a cumplir su misión, como TN, Canal 13 y la telaraña de redes sociales que completan la barricada. La Nación, patovica de músculos entrenados, tiene bien afilado el discurso para el establishment, el "niño" que nadie debe perturbar.

Los patovicas se ocupan de tapar de mugre y escarnio al gobierno anterior para que hoy todo lo que brilla parezca oro. Aunque sea el brillo del metal, de las armas, de los cascos parapoliciales, de las orugas represivas que circulan por las calles de Buenos Aires. Cualquier cosa, menos volver al pasado. Es la consigna.

¿De quién protegen los medios hegemónicos a Macri? ¿De las hordas K? ¿Acaso no quedaron rezagadas en el único triunfo válido que es de las urnas? ¿Acaso no tiene una justicia que se ocupa de amedrentarlos para que no entorpezcan el proclamado camino a la felicidad institucional?

Por eso la tapa de Clarín muestra a "militantes" -activistas, dice el epígrafe- violentos e irascibles atentando contra una institución sagrada como debería ser el Congreso. En la foto central, no hay nadie impidiendo ese supuesto ataque. Un lector desprevenido, recién llegado de Marte, podría ver esa foto y exclamar: "Cuánta libertad debe tener ese país para permitir que esos forajidos atenten contra la población y nadie los detenga". Clarín construye su relato. Una historia que omite hasta que Gendarmería le metió cuatro balazos de goma al "Mono" García Adrasti, fotográfo del multimedios. El diario no dijo nada. Ni en su web. Es que el blindaje no admite fisuras.

El monologuismo de los medios aturde como aturden las mentiras. No se sabe bien por qué, pero no es creíble. Gracias a Internet y a la cercanía con el mundo, hay otras "tapas" de otros diarios, que muestran la contracara. En el diario El País de España la portada se la lleva una foto que ni Clarín ni La Nación encontró en sus archivos del 14 de diciembre de 2017. Pero la foto existió.

La de Clarín también, pero está cortada.

La de Gendarmería arremetiendo contra todos y todo no. Es la foto que más se sintió en las calles y en el alma de los argentinos. Los patovicas blindan y custodian el discurso presidencial.

Y siguen ahí, serviles y poderosos, aún cuando ya se acabó la fiesta. 

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