Un colectivero que atropelló y mató a un nene irá preso cuatro años y tres meses

Fueron más de siete años de dolor, angustia y una enorme bronca. Pero ayer la Justicia trajo alivio. La Cámara de Casación confirmó la condena de cuatro años y tres meses de prisión para Carlos Verón, el colectivero que atropelló y mató a Facundo Serrato, un nene que cruzaba por una esquina de la mano de su mamá.

Así lo determinó por unanimidad la Sala II de la Cámara, que integran Daniel Morin, Horacio Días y Eugenio Sarrabayrouse. Los tres jueces rechazaron la apelación de la defensa y sostuvieron el fallo de primera instancia del 22 de diciembre de 2015. La condena es por "homicidio culposo y lesiones", y además de la prisión efectiva Verón quedó inhabilitado para manejar por ocho años y medio.

El siniestro ocurrió el 10 de julio de 2010, a las 18.50. Carlos Verón, que entonces tenía 30 años, conducía el interno 58 de la línea 15 por la avenida Scalabrini Ortiz. Al llegar a la esquina de Honduras, y como había mucho tránsito, dobló a la derecha por Honduras, fuera del recorrido de la línea.

En ese mismo momento, por la senda peatonal y con el semáforo a favor cruzaba Facundo Serrato, de cinco años, de la mano de su mamá, Cecilia García Otero, quien además llevaba en brazos a Eugenia Serrato, de seis meses. Salían del pediatra y estaban yendo a buscar a Gustavo, el papá, a su trabajo, que queda a pocas cuadras.

Los peatones no tuvieron tiempo de reaccionar. Facu murió en el acto, su hermana tuvo una fractura de cráneo y la madre terminó con una pierna quebrada y con tal nivel de daño que iba a necesitar 17 cirugías para recuperarse.

Según declararon numerosos testigos, Verón llevaba una capucha en su cabeza, lo que podría haber obstruido su visión. Pero lo principal, es que muchos pasajeros coincidieron con que el chofer "se mostraba alterado y apresurado en su forma de conducir, alegando ante el reclamo de varios pasajeros 'querer llegar temprano a casa'. Ello a punto tal que mientras circulaba por Scalabrini Ortiz discutió con varios de ellos debido a que reiniciaba la marcha cuando aún intentaban ascender a la unidad". Así figura en el expediente.

Para los familiares, al dolor de la tragedia le siguió la angustia de una larga espera por las demoras judiciales. El juicio oral demoró más de cinco años en concretarse. Y luego la apelación también tardó, pese a que en abril último se había hecho la última audiencia. "Ahora la defensa probablemente interponga un recurso para llegar a la Corte Suprema. Pasarán unos 10 días hábiles hasta que se resuelva esa cuestión, pero si se lo rechazan Verón ya debería ir preso, porque la condena quedó firme", explicó Germán Liotto, abogado de la familia Serrato.

"Tengo muchos sentimientos encontrados. Gané una batalla y ahora hay que cerrar una etapa. Es tiempo de empezar a vivir otra vez", aseguró ayer Gustavo Serrato, el papá de Facundo.

Pese a que los colectiveros protagonizan gran parte de los accidentes que terminan con muertos, no hay muchos antecedentes de condenas. Los choferes de colectivos acumulan varios antecedentes fatales y muy pocas sanciones. Uno de los pocos que terminó preso fue Jorge Agosti, quien el 24 de marzo de 2004, mientras manejaba un interno de la línea 181, atropelló y mató a Ezequiel Ruiz, un adolescente que salía del colegio, en Lope de Vega y Marcos Sastre. Le dieron cuatro años, pero en 2007, una vez que el fallo fue confirmado por Casación, Agosti se fugó, y recién lo volvieron a capturar dos años después.

En agosto del año pasado, la Sala I de la misma Cámara de Casación confirmó la condena contra un colectivero que en 2013 arrolló y mató a un pasajero que le pateó la puerta del vehículo porque no lo dejaba subir. Pero la pena era de tres años, y por lo tanto la prisión quedó en suspenso. 

En general no hay muchos casos de condenas efectivas por accidentes viales. Hace dos semanas se produjo un escándalo en Tribunales cuando la jueza Ana Dieta de Herrero condenó a sólo tres años en suspenso a Juan Manuel Sánchez Villar, un joven que manejaba borracho y sin anteojos a 115 km/h por la General Paz, chocó de atrás a un auto en el que viajaba una familia y mató a Bautista Jara, de tres años. El conductor intentó escaparse del lugar. 

En mayo, y tras varios años de discusiones, finalmente entró en vigencia la ley nacional que endurece las penas por delitos viales: aumenta las penas para quienes matan al volante o manejan bajo efectos del alcohol o drogas, y también para quienes atropellan y huyen. La sanción pasó a ser de tres a seis años, por lo tanto se convirtió en un delito no excarcelable

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