Duro testimonio de la embarazada baleada

 Tenía la fecha programada para la cesárea pero recibió los disparos de Diego Loscalzo.

Diego Loscalzo fue el protagonista de la masacre de Hurlingham, baleó a seis familiares e hirió a otros tres. Entre ellos se encobraba su concuñada Mónica Lloret que estaba a punto de ser mamá de Mateo y tenía la fecha programada de su cesárea pero recibió seis disparos y perdió a su bebé.

"Él mató a mi hijo", sostuvo con firmeza y se lamentó: "Un instante antes mi hijo se movía adentro mío". Mateo murió y en su lugar convive a partir de ese momento con un dolor desgarrador. Ese dolor es el que la lleva a exigir justicia y pedir que lo trasladen a una cárcel común.

"Las heridas del cuerpo van sanando pero emocionalmente me cuesta muchísimo", admitió entre lágrimas Lloret y afirmó: "Fue una noche aberrante". 

Recordó que ya había empezado con contracciones y estaba acostada cuando Loscalzo les tocó el timbre. Tenía una clara intención de hacerlos salir de la casa a todos y para eso había ido con su coartada. "Dijo que Romina (Maguna) se había caído por las escaleras", aseguró Mónica en Arriba Argentinos.

A la primera que atacó fue a Juana, la mamá de los Maguna. Con ella tenía una obsesión particular. "Le dijo vieja de m... y le dio dos disparos", recordó. "Le estaba pegando a mi hija y la quise defender". Eso le costó los dos primeros disparos que la tiraron al piso. Ya herida e indefensa, le disparó otras tres veces.

"Nosotros no tuvimos privilegios", manifestó. "Mató a sangre fría y arruinó a muchas familias". Para Lloret el asesino siempre había mostrado un carácter posesivo pero descartó rotundamente que estuviera loco. "Es mentira que se quiere matar".

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