Créase o no

Javier Pelourson, el hombre que hace llover

La desesperación hace posible que aparezcan los milagros. Los chacareros invierten en él. ¿Héroe, místico o farsante? 24CON habló en exclusiva con el joven de Pergamino que hace llover, domestica huracanes y amaina el granizo. Increíble, pero ¿real?

Por José Luis Gallego
El mundo está viviendo en carne propia el cambio climático. Lo que hasta ahora eran debates y rumores, se ha transformado en la peor sequía en la historia del campo argentino. La tierra agrietada de la Pampa pide a gritos agua. La desesperación es un territorio abierto a las ilusiones.

Javier Pelourson es de Pergamino y maneja un remis. Un tipo sencillo, humilde, salvo por un don: tiene una capacidad que excede a la razón. Pelourson posee la habilidad de modificar fenómenos climáticos extremos: "Es una técnica que descubrí de manera espontánea. Luego me llevo 5 años probarlo y entender este conocimiento", le dijo a 24CON.

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Luego de que su nombre apareció en los medios, bajo el seudónimo de "El hombre que hace llover" o, "El cazador de tormentas", Javier comenzó a hacerse famoso. Es el único conocido capaz de "domesticar el clima" y revertir la situación desesperada del campo. Es capaz de desbaratar una tormenta de granizo y transformarla en lluvia o hacer que un huracán baje de intensidad y, en el caso de una sequía, como la que azota a gran parte de nuestro país, crear una tormenta de agua.

Siempre supo que tenía el don, sólo que viajaba de incógnito dentro suyo hasta que finalmente floreció: "Fue en el año 98, con una tormenta en Pergamino. Yo ya tenía una intuición de que algo me iba a ocurrir. Es como cuando una persona se inspira y de golpe, en un momento de lucidez profunda, uno descubre cómo hacerlo, afloró de mi".

En los primeros tiempos, cuando aún era un "hacedor de tormentas" inexperto, Pelourson aprovechaba su trabajo de chofer de taxi en la localidad de Pergamino para lidiar con sus poderes, entonces, cuando observaba que se venia la tormenta, aprovechaba: "Veía el cambio climático extremo y me mandaba, probaba, intentaba, hasta que aprendí". "Este método es una fórmula metafísica que la utilizo exclusivamente sin depender de nadie. Cuando la aplico sobre la tormenta desactivo los núcleos que la forman y alimentan, por lo tanto elimino la posibilidad de que se genere algún fenómeno en un alto porcentaje".

¿De qué se trata este método?
Se lo voy a explicar en pocas palabras. En mi caso tengo una capacidad que puedo intervenir directamente en la tormenta de manera efectiva y voluntaria con resultados muy satisfactorios. Por este motivo he decidido promocionarlo en lugares donde se producen estos fenómenos para poder seguir perfeccionándolo y demostrar cómo funciona y los buenos resultados que tiene.

Sin embargo, Javier no parece un charlatán. "Es una técnica de reducción de fenómenos extremos. En mi página web podés encontrar teléfonos de mis clientes que pueden hablar de mi trabajo" asegura y explica: "En el caso de la sequía, hago un trabajo previo en el lugar y al otro día ya hay cambios. Cuando empiezo a trabajar, el efecto no se reduce a la zona determinada de mi cliente, o al campo de la persona que me contrata, sino que es un fenómeno más amplio que, a veces, involucra gran parte del país".

¿Lo toman por loco?
Hay gente que es escéptica. Mi idea no es entrar, ni en debate ni en polémica.
Me vienen a ver porque tienen una gran necesidad. Pero la gente no es tonta. Estoy trabajando para cooperativas agrarias y lo que está en juego es muy importante. Hay hechos comprobados.

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¿Qué es lo que siente en el momento de usar su don?
Cuando uno tiene la capacidad, se trata de dejarte llevar por eso que sentís. Es un acto de fe.

El muchacho de Pergamino ha comenzado a hacerse famoso, no es para menos, es el único conocido con este Don. Las épocas en que hacía demostraciones gratuitas quedaron atrás. Su próximo objetivo consiste es desbaratar huracanes, y para eso, quiere que los medios lo cubran en vivo.

Los testigos

Carlos Inchaupse es productor agropecuario y tiene una concesionaria de motos en Revira, provincia de la Pampa. Con tercer año de secundario, a los 52, posee el pragmatismo comercial necesario para sobrevivir en Argentina, es decir, Ichauspé no parece un incauto.

Sobre los hechos puntuales que lo motivaron a contratar al hacedor de lluvia, Javier Pelourson, cuenta: "A esta persona la fui a buscar por la desesperación. Fue en pleno invierno, donde no es fácil hacer llover. Fue el 6 de junio del 2006. Después de estar dos días en pleno invierno, logró crear un microclima. Nos dimos cuenta que algo estaba pasando. Vimos todo ese cambio de clima y nos llamó poderosamente la atención. Estuvo quince días. No logramos una agua grande, pero si una llovizna, y en esa época, es algo totalmente extraordinario".

Sobre las técnicas utilizadas por el "rainmaker", el productor rural relata: "Andaba solo. Se puede ver como armaba las tormentas. El poder lo tiene, tiene algo. Ahora se que esta trabajando en la Cooperativa de Ramallo. Todo esto no tiene palabras. Contar es una cosa, pero hay que vivirlo".

A la hora de describir la extrema situación que se vive en el campo Inchauspé explica: "Esta es la peor sequía que he visto. Hay un cambio climático. Sino recibimos un apoyo del Gobierno nos fundimos todos. ¿Que va a pasar cuando no haya mas hacienda en los campos, vamos a tener que importar. Estamos avisorando eso".

El campo espera y reza.  "Creer o reventar". Javier Pelourson, remisero en Pergamino como trabajo rutinario y "cazatormentas" en los campos como don extraordinario. ¿Héroe,  místico o farsante? El tiemo dirimirá la falasia de la realidad, sólo el tiempo.

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